Una historia de amor, que cincuenta años después es todo un sinónimo de mar, felicidad y verano. Estamos hablando de Vilebrequin, la marca de trajes de baño que nació en Saint Tropez y que ya ha conquistado a todo el mundo. Hablamos con Natalia Deguil, Country Manager en España para repasar la trayectoria de la marca de la tortuga.

- ¡50 años! Ahí es nada Natalia, cuéntanos el origen de esta marca tan icónica.
- Ese Vilebrequin nació en 1971 en la Riviera Francesa. Surgió de una historia de amor, en realidad. Fred Trysquel, fundador de la firma, era un periodista de motor. Se dedicaba a cubrir las carreras de Fórmula 1. Estaba casado con Yvette, una apasionada de la moda. Entonces decidió que para impresionar a su mujer se iba fabricar el mismo traje de baño y lo hizo con las velas de un barco.
- ¡Qué bonito! ¿Cómo siguió la historia?
- El traje de baño no sólo conquistó a Yvette, sino a todos los famosos que veraneaban en Saint Tropez, donde lo estrenó Fred. Decidieron registrar la marca y ya van cincuenta años. En este aniversario hemos decidido reproducir este primer bañador y seleccionar uno por año hasta hacer una colección con 50 piezas icónicas de la marca.
Todas con un ADN muy marcado.
- Totalmente. Primero porque somos pioneros. Es la primera firma de baño como tal. El ‘Moorea’, nuestro primer diseño, el icónico, es el primer traje de baño como lo conocemos hoy en día, short boxer. Hasta que llegó Vilebrequin los hombres llevaban el traje de baño tipo slip.
- Y ahora es el traje de baño por excelencia
- Sí, es lo que identificamos como traje de baño europeo.
- De Saint Tropez, para el mundo
- Sí, allí están los orígenes de la marca, pero ya desde los años 70 se empezó a distribuir en EEUU. A lo largo de estos 50 años ha pasado por varios grupos empresariales pero Fred Trysquel sigue estando en contacto continuo. Sigue aprobando las colecciones. La marca es 100% su ADN. En los años 70 la costa azul era el centro de reunión de los actores y gente guapa de todo el mundo. Era el centro del estilo de verano, el sitio perfecto para que todo el mundo se fijara en este nuevo traje de baño. A día de hoy seguimos conservando ese espíritu chic de la riviera francesa.

- ¿Cómo es el cliente de Vilebrequin ahora?
- Nuestros clientes, al ser una firma muy internacional es gente que viaja, que le gusta moverse. Nosotros tenemos las tiendas abiertas todo el año, porque además desde hace unos años, aunque nuestra seña de identidad es el baño, tenemos también colección de denim y pret a porter de invierno. Tenemos hasta plumas, pero eso sí, siempre conservando el espíritu en torno al ocio.
- Es decir, Vilebrequin es una marca de lifestyle.
- Sí, estamos concebidos como una marca a la que tú puedes recurrir cuando estás en el mar o la piscina pero también antes o después del mar y de la piscina. En ese entorno vacacional y de diversión, nosotros lo que vendemos es ese espíritu de diversión, de relax, de vacaciones.
- Un espíritu lleno de positividad, es entrar en la tienda y que te de un chute de energía. ¡Los estampados son una seña de identidad muy importante!
- Es verdad. Es muy bonito trabajar para una marca así. Aquí cuando la gente viene a comprar está pensando en el verano, en las vacaciones… vienen con alegría y eso es lo que nosotros les proporcionamos.
- Además, se lo proporcionáis para toda la familia…
- Sí, el modelo padre e hijo se ha comercializado toda la vida. La verdad que es un símbolo muy identificativo de la marca, pero sí que es verdad que hemos querido extenderlo a la familia. Cuando sacamos la colección de mujer vimos absolutamente necesario sacar la colección de niña también.
- Todo con la misma calidad y el mismo espíritu.La verdad es que nos gusta ese espíritu de familia, de tribu más que de familia: el tío, la tía, el, la madre, el hijo. Es decir, que todo el mundo puede ir vestido de nuestra firma. desde el abuelo hasta la nieta.
- Natalia, es inevitable, tenemos que hablar de la tortuga de Vilebrequin.
- Si las tortugas son todo un icono de la marca, aunque no es el logo. Y además no es al azar. Vilebrequin es una firma muy comprometida también con el medio ambiente y con el cuidado de los océanos. Acabamos de lanzar una fundación de protección de los océanos, pero desde hace muchísimos años tenemos un santuario de tortugas en la Polinesia Francesa que se llama Te Moana. Desde hace muchos años siempre tenemos un modelo cuya venta se destina a la recuperación de las tortugas en ese santuario. Además nuestro compromiso con el medioambiente no acaba aquí. Tenemos un compromiso con la sostenibilidad del producto. Gran parte de nuestra producción es reciclable o viene de productos reciclados.
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Y esto cada vez va a más, ¿no?
- Nuestro objetivo es que de aquí a muy poquitos años el 80 por ciento de nuestra producción sea sostenible. En un par de años tenemos que estar en esas cifras.
- Natalia, vuestra boutique está en #Distrito41BarrioDeSalamanca, ¿cómo fue vuestra llegada a España
- La primera tienda de Vilebrequin en España estaba en Puerto Banús, cuando la estrategia de la marca incluyó el buscar espacios en las ciudades más emblemáticas de cada país (sin que necesariamente tuvieran que tener mar) llegamos a Madrid y no podíamos estar en otro sitio que no fuera el Barrio de Salamanca, sobre todo aquí en Jorge Juan. Madrid es la capital de España y Jorge Juan es la capital de Distrito 41. Además ahora tenemos de vecino a Dani García, que nos ha traido un poquito de mar a la puerta.
- Y, ¿qué gente entra en la tienda?
- Gente que busca calidad. Los hay muy clásicos y muy fashions, Hay clientes que repiten desde los años 70 y otros que se incorporan cada año, generalmente convirtiéndose en clientes muy fieles. Además tenemos una atención muy personalizada y un staff que conoce muy bien la marca. ¡Y tenemos garantía de por vida! Pase el tiempo que pase, si se estropea algo el bañador, lo reparamos.
- Eso es increíble.
- Es que somos conscientes de nuestra calidad y respondemos por ella. Tenemos una poliamida que está patentada y muchas partes del diseño se hacen y cosen a mano. Máximo cuidado al detalle.
- Natalia, ha sido un placer compartir este ratito contigo y conocer mejor esta historia de amor.
- ¡Muchas gracias!